El tema seleccionado para
amenizar esta crónica es “In the Arms of the Angel” de Sarah McLaughlin.
Como ya había comentado en la
entrada anterior, retomo la actividad del blog después de este “brake” de tres
semanas donde he dedicado todo mi tiempo a esas tres personas que han hecho un
sacrificio tanto económico como físico (Dos viajes de más de 24 horas en menos
de 20 días) para pasar 17 días cerca de mí y ayudarme así a recargar pilas y a
seguir teniendo ilusión en esta aventura que emprendí hace ya 27 semanas.
Antes de entrar en el detalle de
la visitas de mis Padres (Luis y Ángela) y de mi tío y padrino (Alberto), me
gustaría darle un repaso a la parte académica la cuál finalizaba el viernes de
la semana 25, es decir el pasado día 8 de marzo. Este día ponía fin a lo que
dentro de la escuela se llama General English y que me ha dado la capacidad de
tener el nivel que tengo en estos momentos (Upper Intermediate 3), el cual me
permite comunicarme y moverme por lugares de habla inglesa sin muchos
problemas. Una vez terminados estos 6 meses de curso, la conclusión es que he
aprendido inglés por inercia, si es verdad que las primeras semanas evolucioné
muchísimo ya que traía muy mala base, luego la evolución fue mucho más pausada
y donde realmente comenzaba a seguir aprendiendo era hablando con los
compañeros y viendo películas o series en inglés. Así que después del “brake”
sí que comienza un reto algo más interesante como es la preparación del
Advance, ya les contaré como me va yendo.
El pasado 7 de marzo sobre las
23:00 de la noche llegaban a la terminal de llegadas del Internacional
Kingsford Smith un núcleo familiar dispuesto a conocer mi realidad y a ayudarme
a recargar las pilas para la siguiente etapa que me queda por vivir aquí en
Sydney. Los rostros cansados daban paso a las alegrías y sonrisas del
reencuentro. La primera en salir fue mi madre y al igual que cuando vino
Itahisa en navidades, la tensión se liberó cuando por fin después de tanta
organización y espera pude abrazarla y darle un beso. Seguidamente mi padre fue
el segundo y casi como si fuera irreal los miraba y los abrazaba porque aunque
yo esté aquí en el otro lado del mundo, no podía creer que estuviese aquí pero
con ellos. Por último la aduana dejó libre a mi tío que también traía una cara
de satisfacción y alegría por poner fin a la primera parte de la aventura “el
viaje”. Después de los saludos, una instantánea para el blog y traslado al
hotel mediante taxi y también en el coche de mi amigo Ehedei que quiso echar
una mano con el tema de las maletas y al cual estamos muy agradecidos.
Después de dejar que descansaran
en la primera noche, tocaba comenzar a conocer Sydney. Por delante teníamos un
plan variado que les permitiría conocer tanto la ciudad como las zonas cercanas
más importantes, todo dependía de cómo estuviesen las fuerzas y también como
estuviese el tiempo.
De las primeras cosas que hicimos
fue visitar el núcleo importante de la ciudad, la zona de Circular Quay,
pasando previamente por George St. Empleamos toda la media mañana tarde en
visitar con calma toda esta zona, con sus correspondientes café y almuerzo,
aparte de los diferentes momentos para intercambiar impresiones y disfrutar
relajadamente de la ciudad. “Impresionante la bahía” exclamaba mi padre con
entusiasmo, o “se parece mucho la estructura a Toronto” comentaba mi tío que ha
estado también por Canadá.
También tuvimos tiempo de pasar
por la biblioteca de Circular Quay y ver la gran maqueta que hay de la zona
centro de la ciudad donde mi madre disfrutó tal niña de 10 años con una muñeca
ya que según ella “me encantan las maquetas”. La filosofía del viaje estaba
clara, conocer pero sin prisas no estrés. El segundo día tuvimos el primer
contratiempo, mi padre no se sentía muy bien ya que parece ser que cogió algo
de frio en el avión y entre eso y el jet lag el cuerpo no le respondía muy bien
por lo que optamos por estar juntos en el apartamento y sólo por la noche
disfrutar de los ya tan comentados fuegos artificiales de Darling Harbour.
Una vez el cuerpo de mi padre
volvió a responder, tocó salir a la calle a conocer en la mañana mi residencia,
la zonas de paddy´s markets y Chinatown, mientras que por la tarde visitamos la
zona de Hyde Park donde se encuentra la bonita Catedral de Sydney. También
tuvimos la oportunidad ese mismo día debido al buen tiempo de subir a la Sydney
Tower y disfrutar de las excepcionales vistas que ofrece la ciudad.
Una vez vista las principales
partes de la ciudad y siguiendo lo planificado, alquilamos un coche y nos
desplazamos hasta la zona de Hunter Valley. Esta es una zona del estado de NSW
que se dedica a la elaboración de vinos. Concretamente estuvimos en la zona de
Pokolbin donde pudimos disfrutar de las bonitas vistas que ofrecen sus viñedos,
realizar alguna cata de los vinos producidos en la zona y tomar un almuerzo en
una de las numerosas coquetas bodegas de la zona.
Tras la visita a Hunter
Valley y de regreso a Sydney, hicimos una parada para tomar un café en la
bonita zona turística de Port Stephens, zona que alberga bonitas playas de
arena blanca y un bonito puertos deportivo.
Lo primero que visitamos fue el
mirador de Echo Point, desde donde se pueden observar las Three Sister y uno de
los principales valles del parque. Al estar el día soleado, pudimos disfrutar
de esa neblina azul que sueltan los eucaliptos y por la cual el parque es
conocido como Blue Mountains.
Seguidamente decidimos montarnos
en uno de los teleféricos para adentrarnos en el corazón del valle. Con la
ayuda de este peculiar medio de transporte pudimos bajar al valle y adentrarnos
en su frondosa vegetación, siempre por una pasarela que guía el camino y que no
permite que te salgas de ruta, algo importante ya que con la gran cantidad de
vegetación que hay es muy fácil perderse. Aquí coincidimos todos en que está
muy bien la idea de la maqueta, pero podían haber pensado un poquito mejor el
tema de las barras laterales metálicas y ponerlas de madera para integrarlas un
poquito más en el entorno. Tras disfrutar del almuerzo en el corazón de las
Blue Mountains donde daba gusto respirar, regresamos a la cima para dirigirnos
a otro punto de interés.
El siguiente punto no era otro
que las famosas y coquetas Cascadas de Leura, un precioso rincón muy accesible
y nada difícil de encontrar donde no cesa el paso del agua. Y muy próximo a las
cascadas el impresionante mirador de Gordon Falls que ofrecía unas vistas
increíbles del atardecer en las blue mountains.
Una vez llegados a Watsons,
hicimos el típico paseo de los acantilados hasta el faro y disfrutamos de un
ratito de playa hasta la hora de la comida, donde disfrutamos de una buen
almuerzo al lado de la orilla del mar con los rascacielos de la ciudad como
paisaje.
Para terminar el día, mi padre y
yo subimos caminando por la principal calle de Sydney (George St) y a la hora
de la cena disfrutamos de un menú oriental en uno de los mejores Thailandeses
que hay en la ciudad, esta comida como algunas otras no fue del agrado de
algunos y ya comenzó el debate de que la ciudad estaba muy bien pero que el
tema de la comida tenían que mejorarlo.
Con esto, terminó la primera parte
del viaje antes de desplazarnos a Melbourne para seguir conociendo otras
partes de Australia y vivir en directo el Gran Premio de Australia de F1. Todo
esto lo contaré en la segunda entrega que publicaré a lo largo de esta semana o
principio de la otra y que se podrán enterar entrando periódicamente en mi blog
o a través de mi perfil de twitter.
Hasta la próxima entrada!!
Saludos para tod@s!!
Jose