martes, 26 de marzo de 2013

Semanas 25,26 y 27 (Primera Parte)


El tema seleccionado para amenizar esta crónica es “In the Arms of the Angel” de Sarah McLaughlin.



Como ya había comentado en la entrada anterior, retomo la actividad del blog después de este “brake” de tres semanas donde he dedicado todo mi tiempo a esas tres personas que han hecho un sacrificio tanto económico como físico (Dos viajes de más de 24 horas en menos de 20 días) para pasar 17 días cerca de mí y ayudarme así a recargar pilas y a seguir teniendo ilusión en esta aventura que emprendí hace ya 27 semanas.

Antes de entrar en el detalle de la visitas de mis Padres (Luis y Ángela) y de mi tío y padrino (Alberto), me gustaría darle un repaso a la parte académica la cuál finalizaba el viernes de la semana 25, es decir el pasado día 8 de marzo. Este día ponía fin a lo que dentro de la escuela se llama General English y que me ha dado la capacidad de tener el nivel que tengo en estos momentos (Upper Intermediate 3), el cual me permite comunicarme y moverme por lugares de habla inglesa sin muchos problemas. Una vez terminados estos 6 meses de curso, la conclusión es que he aprendido inglés por inercia, si es verdad que las primeras semanas evolucioné muchísimo ya que traía muy mala base, luego la evolución fue mucho más pausada y donde realmente comenzaba a seguir aprendiendo era hablando con los compañeros y viendo películas o series en inglés. Así que después del “brake” sí que comienza un reto algo más interesante como es la preparación del Advance, ya les contaré como me va yendo.

El pasado 7 de marzo sobre las 23:00 de la noche llegaban a la terminal de llegadas del Internacional Kingsford Smith un núcleo familiar dispuesto a conocer mi realidad y a ayudarme a recargar las pilas para la siguiente etapa que me queda por vivir aquí en Sydney. Los rostros cansados daban paso a las alegrías y sonrisas del reencuentro. La primera en salir fue mi madre y al igual que cuando vino Itahisa en navidades, la tensión se liberó cuando por fin después de tanta organización y espera pude abrazarla y darle un beso. Seguidamente mi padre fue el segundo y casi como si fuera irreal los miraba y los abrazaba porque aunque yo esté aquí en el otro lado del mundo, no podía creer que estuviese aquí pero con ellos. Por último la aduana dejó libre a mi tío que también traía una cara de satisfacción y alegría por poner fin a la primera parte de la aventura “el viaje”. Después de los saludos, una instantánea para el blog y traslado al hotel mediante taxi y también en el coche de mi amigo Ehedei que quiso echar una mano con el tema de las maletas y al cual estamos muy agradecidos.

Después de dejar que descansaran en la primera noche, tocaba comenzar a conocer Sydney. Por delante teníamos un plan variado que les permitiría conocer tanto la ciudad como las zonas cercanas más importantes, todo dependía de cómo estuviesen las fuerzas y también como estuviese el tiempo.

De las primeras cosas que hicimos fue visitar el núcleo importante de la ciudad, la zona de Circular Quay, pasando previamente por George St. Empleamos toda la media mañana tarde en visitar con calma toda esta zona, con sus correspondientes café y almuerzo, aparte de los diferentes momentos para intercambiar impresiones y disfrutar relajadamente de la ciudad. “Impresionante la bahía” exclamaba mi padre con entusiasmo, o “se parece mucho la estructura a Toronto” comentaba mi tío que ha estado también por Canadá.

                        

                        

También tuvimos tiempo de pasar por la biblioteca de Circular Quay y ver la gran maqueta que hay de la zona centro de la ciudad donde mi madre disfrutó tal niña de 10 años con una muñeca ya que según ella “me encantan las maquetas”. La filosofía del viaje estaba clara, conocer pero sin prisas no estrés. El segundo día tuvimos el primer contratiempo, mi padre no se sentía muy bien ya que parece ser que cogió algo de frio en el avión y entre eso y el jet lag el cuerpo no le respondía muy bien por lo que optamos por estar juntos en el apartamento y sólo por la noche disfrutar de los ya tan comentados fuegos artificiales de Darling Harbour.


Una vez el cuerpo de mi padre volvió a responder, tocó salir a la calle a conocer en la mañana mi residencia, la zonas de paddy´s markets y Chinatown, mientras que por la tarde visitamos la zona de Hyde Park donde se encuentra la bonita Catedral de Sydney. También tuvimos la oportunidad ese mismo día debido al buen tiempo de subir a la Sydney Tower y disfrutar de las excepcionales vistas que ofrece la ciudad.



                        

                        



Una vez vista las principales partes de la ciudad y siguiendo lo planificado, alquilamos un coche y nos desplazamos hasta la zona de Hunter Valley. Esta es una zona del estado de NSW que se dedica a la elaboración de vinos. Concretamente estuvimos en la zona de Pokolbin donde pudimos disfrutar de las bonitas vistas que ofrecen sus viñedos, realizar alguna cata de los vinos producidos en la zona y tomar un almuerzo en una de las numerosas coquetas bodegas de la zona.

                        

                        

                        

                        

                        

                        


Tras la visita a Hunter Valley y de regreso a Sydney, hicimos una parada para tomar un café en la bonita zona turística de Port Stephens, zona que alberga bonitas playas de arena blanca y un bonito puertos deportivo.

                        


Aprovechando que teníamos el coche alquilado, volvimos a salir de Sydney rumbo a Katoomba, donde se encuentra el parque nacional de Blue Mountains. Dependiendo del tiempo, éste puede ser un lugar que impacte a los visitantes que vienen a Sydney. Esta vez a diferencia de cuando vino Itahisa, pudimos disfrutar de un bonito día que nos permitió disfrutar de las Blue Mountains por completo.



Lo primero que visitamos fue el mirador de Echo Point, desde donde se pueden observar las Three Sister y uno de los principales valles del parque. Al estar el día soleado, pudimos disfrutar de esa neblina azul que sueltan los eucaliptos y por la cual el parque es conocido como Blue Mountains.

                        


Seguidamente decidimos montarnos en uno de los teleféricos para adentrarnos en el corazón del valle. Con la ayuda de este peculiar medio de transporte pudimos bajar al valle y adentrarnos en su frondosa vegetación, siempre por una pasarela que guía el camino y que no permite que te salgas de ruta, algo importante ya que con la gran cantidad de vegetación que hay es muy fácil perderse. Aquí coincidimos todos en que está muy bien la idea de la maqueta, pero podían haber pensado un poquito mejor el tema de las barras laterales metálicas y ponerlas de madera para integrarlas un poquito más en el entorno. Tras disfrutar del almuerzo en el corazón de las Blue Mountains donde daba gusto respirar, regresamos a la cima para dirigirnos a otro punto de interés.

                        

                        

                        

                        

El siguiente punto no era otro que las famosas y coquetas Cascadas de Leura, un precioso rincón muy accesible y nada difícil de encontrar donde no cesa el paso del agua. Y muy próximo a las cascadas el impresionante mirador de Gordon Falls que ofrecía unas vistas increíbles del atardecer en las blue mountains.

                        

                        


Después de recorrer algo más de 500km en dos días en coche, tocaba volver a la ciudad y seguir disfrutando de los diferentes rincones que ofrece Sydney. Esta vez tocaba visitar uno de mis lugares favoritos en la ciudad, Watsons Bay. Sabía que este sitio podía ser el que definitivamente enamorase a mis familiares de la ciudad, pues el lugar lo tiene todo. La visita a Watsons siempre es un éxito sólo por el hecho de coger el barco y hacer el paseo desde la ciudad hasta Watsons mientras se disfruta de las panorámicas.

                        

                        

                        

Una vez llegados a Watsons, hicimos el típico paseo de los acantilados hasta el faro y disfrutamos de un ratito de playa hasta la hora de la comida, donde disfrutamos de una buen almuerzo al lado de la orilla del mar con los rascacielos de la ciudad como paisaje.

                        

                        

                        


Para terminar el día, mi padre y yo subimos caminando por la principal calle de Sydney (George St) y a la hora de la cena disfrutamos de un menú oriental en uno de los mejores Thailandeses que hay en la ciudad, esta comida como algunas otras no fue del agrado de algunos y ya comenzó el debate de que la ciudad estaba muy bien pero que el tema de la comida tenían que mejorarlo.

                        


Con esto, terminó la primera parte del viaje antes de desplazarnos a Melbourne para seguir conociendo otras partes de Australia y vivir en directo el Gran Premio de Australia de F1. Todo esto lo contaré en la segunda entrega que publicaré a lo largo de esta semana o principio de la otra y que se podrán enterar entrando periódicamente en mi blog o a través de mi perfil de twitter.

Hasta la próxima entrada!!

Saludos para tod@s!!

Jose