domingo, 8 de septiembre de 2013

Semanas 48, 49 y 50

Para amenizar la crónica de esta semana he seleccionado una de mis tantas canciones favoritas titulada “More than words” del grupo Extreme.



A falta de una semana para completar un año en Australia, he completado mi primer mes haciendo el Internship. Como ya les venía comentando en crónicas anteriores, no estoy haciendo lo que más me apasiona pero si es verdad que estoy haciendo algo que me está viniendo muy bien tanto en el aspecto profesional como personal.

Como les contaba algunas semanas y como les enseño en la foto, estoy haciendo el internship con 5 compañeros más, 4 Ingenieros Eléctricos y un Diplomado en Análisis Financiero. En el proyecto cada uno realiza su parte correspondiente, pero cada Jueves nos reunimos para contarle al resto los progresos que vamos realizando a lo largo de la semana. Así que aproveché la ocasión para inmortalizar el momento y presentarles a mis compañeros de trabajo. De izquierda a derecha kwan (Thailandia), Moien (Irán), Chuk (Nigeria), Tom (Vietnam) y Peng (China).



En esas reuniones de los jueves, cada 15 días también están presentes el dueño de la empresa John (Camisa a rayas), el jefe de proyectos de la empresa Shane (Camisa verde) y otros miembros de la empresa correspondiente a diferentes sectores. Este es un momento utilizado para comentar a los jefes los progresos, las dificultades que vamos encontrando y explicarles que son esas cosas que estamos aprendiendo en nuestro proceso de formación. El pasado jueves tuvimos la primera reunión de 1 hora y media y en ella cada componente del equipo tiene que hablar entre 5 y 10 minutos a cerca de su trabajo. Esto es algo que me está ayudando a perder un poco el miedo escénico cuando hablo en inglés delante de la gente (ya que en español lo perdí hace mucho tiempo), pero sobre todo me ayuda a fijarme mucho en cómo la gente se expresa y que vocabulario utiliza en este tipo de encuentros. También me he dado cuenta de que influye mucho la persona, pues compañeros que hablan mucho mejor inglés que yo hicieron una presentación peor debido a esos miedos escénicos, pero no pasa nada porque estamos ahí para aprender. Les dejo algunas fotos que inmortalizó un compañero de la empresa.

                              

                              


De resto ahí vamos saliendo, ando otra vez bastante delicado de la espalda, pero ya he ido a hacerme un estudio en el cuál no he recibido muy buenas noticias así que esta semana he comenzado un tratamiento de rehabilitación y corrección postural porque se me estoy en riesgo de que me aparezca una hernia en la zona baja de las lumbares. Así que como no tenía poco que hacer le añadimos el tiempo de la rehabilitación. Ya decía yo que cuando viene, viene todo junto.


El pasado viernes 30 y sábado 31 tuve un encuentro con Sofía, aquella chica de Gran Canaria que había emprendido una historia similar a la mía el pasado Febrero y que estaba de paso por Sydney con unos amigos con los que había estado viajando por Australia. Esta vez me tocó hacer de anfitrión y enseñarle en el poco tiempo que teníamos las partes más especiales de Sydney. La verdad que ya lo he dicho muchas veces, pero ser anfitrión en Sydney es muy fácil, pues la ciudad se vende sola. No hace falta presumir ni exagerar nada, solo tienes que llevar a la gente a los 4 puntos espectaculares para que se enamoren de esta ciudad.


Eso es lo que Ehedei y yo hicimos con Sofía, Sara y Joan. Dedicamos el sábado a visitar la playa más famosa de Sydney y una de las más famosas del mundo (Bondi Beach) y mi zona preferida de la ciudad por el contraste playa-campo-ciudad que ofrece (Watsons Bay). Según sus palabras quedaron impresionados, la verdad que todavía no ha habido nadie que haya ido a este lugar y no le haya maravillado. Por otra parte también hay que agradecer que el día estaba espectacular y lucía un sol radiante que incitaba a darse un chapuzón pero la temperatura que tiene el agua todavía quita cualquier tipo de ganas.



                              

                              

                              


Después de pasar un día espectacular, vimos caer el sol en la zona de Milsons Point donde tuvieron la oportunidad de inmortalizar una de las estampas más bonitas y espectaculares de Sydney. Después de esto ya ellos por su cuenta cruzaron caminando el Harbour Bridge y se fueron a disfrutar del espectáculo de fuegos artificiales de Darling Harbour. Desde aquí agradecer el día vivido con ellos y desearle lo mejor de lo mejor a cada uno en sus respectivos proyectos de futuro y aventuras personales. Espero que Sara haya llegado sin ningún tipo de problemas a Madrid.




Otro momento especial que tuvimos en estos días pasados fue un encuentro de los amigos de Scott vs amigos de Jose. Una excusa como paella y sangría fue la culpable para juntarnos 7 amigos a disfrutar de la rica cocina española. En esta ocasión la paella quedó muy buena aunque debo reconocer que al arroz le faltó un poquitín, pero no fue mi culpa ya que les dije que había que esperar 5 minutos más pero me insistían en que tenían hambre y asumían las consecuencias.

                              

                              


Ya para finalizar con la crónica, esta semana recibía una mala noticia desde casa. Porla, nuestra perrita, caía muy malita debido a un pinzamiento lumbar que le paralizó las patas traseras. El pasado miércoles de madrugada la perrita agotada apagaba su luz y con ella la alegría que nos brindaba a todos los de la casa. Sólo aquellos que han disfrutado de la compañía de una mascota en casa, saben el vacío que dejan cuando se van. Sin duda alguna en casa echaremos mucho de menos a un animalito muy especial, que fue el primero en romper las barreras, como por ejemplo estar dentro de casa para vivir como uno más. Desde aquí y con esta imagen mi homenaje y recuerdo a ese animalito que siendo tan pequeñito hacía cosas muy grandes para hacernos muy felices, seis años y medio que nos sirvieron para ver lo fiel e incondicional que pueden llegar a ser estos increíbles seres.



Así han trascurrido tres semanas más con muchos buenos momentos, pero también algunos malos que hacen que no sea fácil este caminar. Por suerte, para cuando publique la próxima crónica tanto los buenos como los malos momentos, los estaré compartiendo con Itahisa que si Dios quiere ayudará a que por lo menos esta aventura deje de ser tan solitaria.

Hasta la próxima entrada.

Un abrazo para tod@s!!


Jose