sábado, 28 de diciembre de 2013

El Regreso

Efectivamente, como bien indica el título hemos regresado a nuestra queridísima isla de Gran Canaria a pasar estas fechas tan importantes. Me van a permitir que, en esta ocasión, el vídeo se encuentre al final de la crónica y que éste sea un resumen de todo ese regreso que al final se ha convertido en una sorpresa muy especial para mi familia.

Como les contaba hace un año entre las páginas de este blog, las navidades habían sido una época bastante dura en mi experiencia en Sydney. Si en algún momento se hace eterna la distancia que nos separa es en ese tipo de ocasiones en las que sólo deseas estar cerca de la familia, y la Navidad es una de ellas.

Tras darle muchas vueltas a la cabeza y reflexionarlo mucho con Itahisa, decidimos que este año no queríamos pasar las Navidades lejos de los nuestros. Así que comenzamos una búsqueda intensiva de rutas accesibles a nuestras posibilidades económicas. Al final, teniendo en cuenta las fechas y que de antemano sabíamos que sería bastante caro, nos decantamos por la combinación Sydney-Shanghai-París-Madrid-Gran Canaria.

Cinco aeropuertos, 3 escalas, 3 aerolíneas y dos días de viaje han sido una buena paliza que se ha visto recompensada por el momento del reencuentro con los familiares. Una locura que hemos hecho porque la estancia será superior a 20 días en nuestra isla. La salida fue el jueves noche de España y la llegada el sábado noche de España.

Nadie de nuestro entorno a excepción de la madre de Itahisa sabía nada de nuestro plan, así que aprovechamos las escalas en Shanghai y Madrid para engañar al personal vía whatsapp. Las compañías en las que volamos han sido China Eastern Airlines (con la que quedamos muy contentos), Air France (yo no quedé muy satisfecho porque encontré el avión muy deteriorado) e Iberia para el enlace Madrid-Gran Canaria.

Como ya saben, ésta ha sido la primera vez que salgo de Australia desde mi llegada hace ya 1 año y 3 meses, así que en todo momento me dejé asesorar por Itahisa, la cual ha vivido ya el proceso del retorno. Obviamente, lo primero fue facturar las maletas, a estas alturas podríamos decir que eso tiene nivel de dificultad cero. Seguidamente, se sucedió el segundo enfrentamiento Jose vs Aduana Australiana a la que le vamos perdiendo cada vez más el miedo y empezamos a verla como un proceso más a la hora de viajar. Al igual que a la llegada, cuando dejas Australia tienes que rellenar una tarjeta de declaración y explicar algunos detalles de tu salida.

Una vez pasada la aduana y los controles de seguridad, me quedo perplejo con algo que nunca había visto, el interior de la terminal de salida del Aeropuerto Internacional Kingsford Smith de Sydney. Un espectacular Duty free y una terminal acabada con mucho gusto nos hace dejar Sydney con una muy buena sensación de boca.

                             


Lo siguiente que nos esperaba era el primer avión donde pasaríamos las primeras 10 horas, un Airbus A332 de la compañía China Eastern Airlines, del cual se decía que no tenía televisión y que era viejo en su interior. Una vez dentro, grata sorpresa, avión moderno y, lo más importante, todo en hora! A continuación dejamos algunas fotos del interior así como del típico menú de avión que nos sirvieron en una de las dos comidas de ese vuelo.


                                 

                             


Llegados a Shanghai, tuvimos que pasar el control de aduanas. Una visa temporal de tránsito nos permitía tener el sello de China en nuestro pasaporte y también salir a la calle para tomar alguna foto y decir que estuvimos en Shanghai. Como a cualquier europeo, a pesar de que en Sydney vemos mucha cultura china, nos llamó la atención tanto los letreros como los productos internacionales en la versión china. La escala, algo más de 4 horas con retraso del vuelo incluido, nos permitió ver al completo el aeropuerto y hablar con la familia para hacerles creer que estábamos en Sydney. El aeropuerto no nos pareció nada del otro mundo, muy frío, con poca gente y oscuro. El avión que nos llevaría a París en 12 horas de vuelo sería el Airbus A380, el bicho más grande creado hasta ahora por la ingeniería aeronáutica y que a mí en el aspecto personal me defraudó por el gran deterioro que tenía.

                             

                              

                             

                             

                             


A París llegaríamos con más de una hora de retraso y con apenas 35 minutos para cambiar de avión. Un cambio que se produjo al corre-corre y que casi no nos da tiempo ni de ir al baño (de hecho no pudimos sacar ni una foto del bonito aeropuerto Charles de Gaulle). Por fin ya estábamos en Europa y no teníamos que pasar nuevamente los tediosos controles de aduanas. Solamente enseñar el pasaporte europeo y correr a la puerta de embarque. Las horas acumuladas de vuelo ya comenzaban a pesar y el hecho de llevar mucho tiempo fuera de casa hacía que cayéramos rendidos en el vuelo París-Madrid de aproximadamente 2h 30 minutos.


A las 9:00 aterrizábamos en Madrid Barajas, o "Bajaras", como decía la azafata de Air France. Teniendo la sensación de que ya casi estábamos en casa, todavía se me pone el pelo de punta cuando pienso en el momento en que entré en el aeropuerto y todo estaba en español! Carteles, sonido ambiente, todo!! Ya no recordaba esa sensación de oir a personas a 15 metros de ti y entender lo que estaban diciendo!! Nos esperaban unas 6 horas 30 minutos de escala en Madrid, pero Air France se encargaría de amenizar la mañana, perdiéndonos las maletas en París. Ya le había dicho yo a Itahisa en el avión que me extrañaba que llegaran las maletas, pues nosotros casi no tuvimos tiempo de llegar al avión. Tras poner la pertienente reclamación, se nos indicó que teníamos que esperar 1 hora y 20 minutos a que llegara el siguiente vuelo procedente de París, donde vendría nuestro equipaje. Efectivamente, así fue, y pudimos proseguir con nuestro viaje.

Ya solamente quedaba la última etapa, el vuelo Madrid-Gran Canaria. Ya comenzaba a asomar el hormigueo en el estómago y las ganas de llegar eran tremendas. Todo en hora y sin problemas, a las 18:30 h aterrizábamos en Gran Canaria con una inmensa cantidad de sentimientos encontrados en mi interior, alegría, satisfacción por la experiencia vivida, alivio por estar ya en casa…
Una vez recogidas las maletas, saludamos a los únicos familiares que sabían que íbamos y pusimos rumbo a Arucas para poner el broche final al viaje: la sorpresa!!

Una sorpresa que mereció cada uno de los segundos que duró el largo trayecto entre Sydney y Gran Canaria y cada uno de los céntimos que pagué por los billetes. Prometo que nunca he sentido una sensación tan gratificante como la que sentí al darle esta sorpresa a mis padres, abuelas y hermano.

Lo mejor, y gracias a Itahisa que se mantuvo grabando todo el tiempo, es que puedan disfrutar del momento que añoraba desde el primer día que estuve en Sydney. El momento del reencuentro. (Aviso a navegantes, en caso de que no se visualice bien el vídeo cambiar la calidad en ajustes en la parte inferior derecha)




Espero que les guste el vídeo, inspirado en otro llamado “La Sorpresa”, y que nos ha ayudado a formar un documento gráfico que quedará para la historia de mi vida.

Hasta la próxima entrada.

Saludos para tod@s!!

Jose

1 comentario:

  1. Grata, inesperada y emocionante "sorpresa" "el regreso". Regreso, según el diccionario es volver al lugar de donde se partió. Se me antoja, aún impregnado de la emoción del encuentro en el regreso, sugerir a un gran aficionado a la Fórmula 1, de la que tenemos testimonio en tu entrega del 26 de marzo del pasado año, en la que narraste tu vivencia en directo del Gran Premio de Australia de F1, que tuvo lugar en el circuito de Albert Park, que te encuentra en "parada de boxe", en tu carrera que iniciaste en septiembre de 20012. Creo recordar que de lo que nos ha venido narrando en marzo hubo otra parada, donde recargaste pìlas cuando estuvieron tus familiares en Australia. Ahora revisas todo, incluso el eje vertebral que en algún momento nos referías que te daba algo de lata. En el regreso, parada de boxe, también estás escribiendo esta fascinante historia que desde hace unos meses trazas con acompañante. El que regresa no es el mismo del que partió, viene más equipado, más rodado, con kilómetros en su contador personal, hay mucho vivido, gozado y sufrido, como la vida misma. Tampoco el que regresa a Australia es el mismo del que partió hace unos días.Ya empieza a rugir el motor (la motivación) que impulsará la continuación de la carrera, que promete ser fascinante. Acelera y frena cuando lo creas procedente, ya eres un piloto con más experiencia que cuando iniciaste este proyecto. Muchos vamos al lado, no tenemos miedo, ya te hemos visto como llevas la máquina, ya vendrá otra parada de boxe. Nuestro ánimo y afecto les acompañan. A por ello valientes, el futuro lo construyen con vuestro esfuerzo.
    El cónsul

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