domingo, 30 de septiembre de 2012

Semana 2


Llega el domingo y ya completo la segunda semana en Sydney, esta semana ha estado marcada por el inicio de las clases, el pasado lunes, todos los nuevos alumnos de EF nos dirigíamos ilusionados a la escuela con muchas ganas de aprender inglés y conocer gente nueva que nos ayuden a tener una vida social mejor en Sydney. Hasta el momento son pocas las palabras dichas en inglés y muchos los problemas encontrados para poder expresar lo que uno lleva dentro.



La escuela está ubicada en pleno centro de Sydney (Young Street), a 5 minutos de la Opera House, de hecho desde la calle de la escuela se ve el Harbour Bridge. Es un edificio coqueto de 3 plantas que llama la atención por estar al lado de tantos rascacielos. El edificio es bastante acogedor,  a parte de las clases, tenemos un salón común para comer o sentarte con tu ordenador y unos laboratorios donde te puedes conectar a internet para realizar tus sesiones de trabajo online.



                               

   
                               

El horario de clases es de lo más variopinto, los lunes, martes y viernes clases de 8:30 a 12:50, mientras que los martes y miércoles las clases son por las tardes de 13:20 a 17:50.

El camino en mi escuela comienza bien, me toca un grupo bastante diverso, 4 franceses, 2 suecas, 1 japonés, 1 alemán y 1 Mexicana, aunque a medida que va pasando la semana se incorpora también una argentina y un Tailandés. En principio el grupo es bastante bueno, pues al ser pocos latinos hablamos bastante en inglés, además en clase nos prohíben hablar en nuestra lengua a no ser que sea para hacer algún comentario acerca de el significado de alguna palabra.

La profesora se llama Alexandra, es nativa australiana y es muy simpática y amena. Ella nos asegura que en 5 meses estaremos hablando inglés como ella, cuando lo dijo yo le respondí I hope (Eso espero), y ella se volvió a reafirmar en que lo vamos a conseguir. En principio el nivel de las clases está bien para mí, suelo entender todas las explicaciones y puedo llegar a interactuar tanto con la profesora como con los compañeros.


El nivel de inglés me lo han medido mediante un test online que hice 15 días antes de salir de mi casa, en mi caso obtuve un nivel Elementary A2, es decir que por debajo de ese nivel están los niños de prescolar jajajajaja que son los begginers.

Es curioso como cuando estás con compañeros con un nivel similar al tuyo, llegas a entenderte con ellos sin tener todo el vocabulario necesario, todos tenemos los mismos problemas, pero las mismas ganas de comunicarnos, por lo que buscar sinónimos, palabras en el traductor, formas de explicar lo que quieres decir, etc… ya hacen que vayas refrescando muchas palabras olvidadas y muchos conceptos apartados.

Las clases son muy participativas la profesora nos intenta tener todo el rato hablando tanto con ella como con los compañeros, esto hace que al no ser un monólogo no pierdas el hilo de la clase, sino que como a cada instante hay que hacer una nueva actividad, andes todo el rato enganchado a lo que tienes que hacer. Es muy común que durante todos los días te mande algunos ejercicios para realizar en casa.



La mayor parte de esta semana y de mi vida en Sydney se resume en las líneas anteriores, en el tiempo que dedico a la escuela. El desplazamiento a la escuela lo hago en tren, tardo 15 min en llegar desde mi residencia hasta la escuela. Por tanto los días que tengo clase de mañana aprovecho las tardes para hacer las compras de comida y las tareas, mientras que los días que tengo clase por la tarde hago justo lo contrario.

Una de las cosas que me gusta hacer siempre que salgo de clase, bien sea de mañana o de tarde, es ponerme el MP3 y dar un paseo por la zona de la Bahía (Opera House), no me canso de disfrutar las vistas que ofrece esta zona de la ciudad, y me hacen caer en la cuenta de que efectivamente estoy en Sydney. En el caso de que dé el paseo por la mañana, sobre las 13:00, veo mucha actividad por la zona, muchos turistas y muchas personas que se dedican a hacer espectáculos callejeros más que interesantes. Si por el contrario, doy el paseo por la 
tarde, sobre las 18:00, disfruto del atardecer y del contraste que dan las luces del cielo con las luces de la ciudad. Estos 20 min que dedico al paseo, me ayudan a recordar aquellos que tengo lejos y a pensar que el sacrificio está mereciendo la pena.

Así transcurre la semana, a excepción del jueves, ya que ese día EF tenía organizada una fiesta de bienvenida en un bar llamado Scubar. Con la entrada que la pedías en la escuela, te daban una consumición y pizza gratis si ibas antes de las 21:00, por lo que a las 10:30 ya todo el mundo estaba más que perjudicado, esa es la cultura de aquí, la gente cena sobre las 18:30, y a las 20:00 ya está todo el mundo en las discotecas. La fiesta estuvo bien la primera hora y media, ya que la música no estaba muy alta y mientras tomabas una pizza y una copa charlabas y conocías nuevos compañeros de EF. La anécdota de la noche está cuando me presentan dos japonesas y yo les doy un beso, las tías se quedaron flipando, y mis amigos me dijeron que los asiáticos no se besan cuando se ven, sino que como mucho se dan la mano. Entonces muy avergonzado les pedí disculpas y le dije que es que los canarios somos muy así, muy zalameros jajajaaja.

El viernes, por la mañana la rutina de las clases, y por la tarde quedé con mi amigo Ehedei, para hacer una cosa típica australiana, comer pizza de Kangaroo. Ehedei me llevó a comer esta pizza al restaurante que salió en españoles por el mundo que está en el bajo del Australia Hotel. La pizza está muy buena, pero pienso que si quieres detectar el gusto de la carne de Kangaroo es mejor y más económico comprarla en el supermercado y hacerlo en la cocina de casa. Aparte de esta pizza, también se ofrece una de carne de cocodrilo australiano, pero dicen que es muy picante, así que ya con la de Kangaroo va uno servido.
             
                                   


Limpiar la habitación, lavar ropa y actualiza la fruta y verdura de la nevera, fueron cosas que hice durante la mañana del sábado. La tarde la pasé en la residencia, para posteriormente ir con los compañeros de EF a ver un espectáculo de fuegos artificiales que hacen todos los sábados a las 21:00 en la zona de Darling Harbour. Este espectáculo pirotécnico en el mar congrega a muchos turistas, que van a disfrutar de 15 minutos de fuegos artificiales en un entorno espectacular. Por aquí les dejo un fragmento de un vídeo que hice durante el espectáculo de este sábado. 


Para terminar la semana, el domingo, lo que hice nada más levantarme fue llamar por Skype a mi familia para contactar con mi prima Carolina y su nuevo marido Rubén, pues en ese momento estaban celebrando el banquete de su boda, seguramente que nadie les había felicitado desde tan lejos. Desde Sydney les deseo lo mejor y que sean muy felices!!!

Tras una mañana de sentimientos encontrados, la alegría de la primera prima de la familia que se casa y la tristeza de no poder estar presente, quedé con Ehedei para ir a ver la zona de Manly. Para ir a Manly es necesario coger un Ferry que sale desde Circular Quay (Opera House) y que atraviesa toda la Bahía durante unos 35 min. Las vistas que se observan desde el barco son realmente increíbles y ya hacen que el precio del billete unos 14$ ida y vuelta, comiencen a merecer la pena.


Una vez llegamos a Manly, nos encontramos con una zona muy turística y muy llena de gente debido a la celebración de un festival de Jazz. La playa es bastante turística y atractiva, el tiempo es fresco, y a pesar de que no invita al baño, hay algunos valientes que desafían tanto la temperatura del agua como la exterior y no dudan en darse un chapuzón. 

                               


Para almorzar tiramos de sitio tradicional de Manly llendo a un fish and chips cerca de la playa. Típica comida londinense de pescado frito y papas, con un poquito de limón. Tras la comida utilizamos el paseo marítimo para ir a otra calita de Manly, y para disfrutar de las vista que ofrece un mirador de la zona. La verdad que la zona es muy agraciada y hay un bonito contraste entre la arena de las playas y la vegetación de las montañas.


                                


Sobre las 17:30 ponemos rumbo al puerto para coger el barco de las 18:10. La tarde es bastante fresquita, y esto lo notamos cuando el ferry sale del muelle y se pone a navegar, el viento sopla y la sensación térmica pasa a ser de unos 10º. El sacrificio del frío iba a merecer la pena, pues la puesta de sol nos iba a dejar unas vistas espectaculares de la Bahía cuando íbamos llegando en el ferry a Sydney. La belleza del paisaje es indescriptible, y aunque yo les ponga fotos o vídeos es una cosa que para saber lo que es hay que verlo uno con sus propios ojos, yo ya lo he vivido y es algo increíble, y como me gusta compartirlo, por aquí les dejo a parte de algunas fotos unos vídeos que he subido a youtube para que de otra manera, todos los que siguen este blog, puedan disfrutar de este precioso paisaje.

                                


      

El domingo termina con una cena con los compañeros de piso, donde Laila, la compañera francesa y gran cocinera, ha preparado unas albóndigas con pasta buenísimas. La cena nos permite haciendo algo cotidiano estar hablando más de 1 hora inglés contando unos a otros lo que ha dado de sí su día, cualquier motivo es bueno para practicar inglés y más si es una buena cena con los compañeros.

Hasta la próxima entrada.

Saludos para tod@s,

Jose

lunes, 24 de septiembre de 2012

Semana 1


Ayer domingo, se cumplió una semana desde que le di un nuevo giro a mi vida, desde entonces han sido mucho los cambios que he vivido y que voy a intentar transmitirles en estas líneas.

Tras los días de viaje que he resumido en la anterior entrada, he vivido mi primera semana en Sydney. Esta semana ha tenido un poco de todo, desde momentos de soledad, hasta momentos donde he estado rodeado por mucha gente, pero empecemos por el primer día.

El miércoles día 19 amanecía en una nueva realidad, cuando me levanté ya me di cuenta el gran paso que había dado, pues me encontraba sólo en mi habitación y me daba algo de respeto salir de ella, pues ese era el único sitio donde me sentía seguro. Un problema con el internet, hizo que tuviera que salir de mi habitación para solucionarlo, bajé a la recepción y me presenté al recepcionista con la suerte de que cuando le dije que era español, me dijo que le podía hablar en mi idioma, pues él era mexicano. Aproveché el momento para que me ubicara un poquito y me dijese donde podía comer algo. Tras escuchar sus explicaciones, me aventuré y salí a la calle en busca de algo de comida. Lo pasé muy mal, pues aquí todo el mundo te habla como si fueses un Australiano más. Después de la primera compra aprendí que a todo el mundo le tengo que decir que no sé hablar inglés y ya entonces tienen un poquito más de paciencia.


Tras comprar agua, un zumo y un bocadillo de pechuga de pollo, volví a mi habitación a comer. Intentando evitar encontrarme con alguien en mi piso que me obligase a hablar o mantener un rato de conversación. La tarde del miércoles la dediqué junto con mi amigo Ehedei, a actualizar un poco la nevera y las cosas que me hacían falta para el día a día (champú, toalla, pasta de dientes, comida, fruta…). Cuando salí con Ehedei y fui a comprar ya las cosas empezaron a mejorar, pues te das cuenta de que la gente no muerde y que si les hablas hacen lo posible por entenderte. Una de las cosas que más me llamó la atención es que aquí cuando compras no pasas por la caja, sino que vas directamente a unas máquinas donde eres tú quien pasa la compra y haces el pago. Nadie vigila lo que haces, por lo que si quieres puedes llevarte lo que sea. Esa observación se la hice yo a mi amigo Ehedei, pero él me dijo que esto no es España, que en Australia la gente sabe que si va a comprar tiene que pagar. Ahí es cuando comienzas a darte cuenta del sitio en el que estás. Tras hacer la compra, cenamos juntos y puse fin a mi primer día en Sydney, toda una aventura para mí.

El jueves me levanté bastante más animado, pues haber estado la tarde anterior por la calle me había quitado algo de miedo. Lo primero que hice fue vestirme para salir. Mi residencia está ubicada al lado de Chinatown, y en este barrio hay un Market, donde todos los negocios los regentan chinos. Es como un centro comercial de España, pero que en la planta baja tiene como un rastro y un mercado de frutas y verduras. El mercado es impresionante, hay muchísima variedad de frutas y verduras y mucha calidad, los precios son muy baratos, y mientras paseas los chinos te ofrecen que les compres al mejor precio.


                         


En la planta uno del Market hay infinidad de comercios, todos de chinos y ambientados en china. En esta planta por ejemplo pedí información acerca de las tarifas de los teléfonos móviles. Independientemente de que este Market esté situado en la zona de Chinatown, Sydney tiene muchísimas personas asiáticas. En España estamos acostumbrados cada vez más a ver a Chinos o asiáticos por las calles, pero es que en Sydney te encuentras un asiático a cada paso que das.


Poco a poco y sin darme cuenta fui perdiendo el miedo a hablar inglés y sobre todo a preguntar o comprar. Inclusive cuando volvía a la residencia desde el súper, una chica me paró para hacerme una encuesta, pero evidentemente no la pude hacer ya que le dije que no hablaba inglés y que iba a estudiar inglés durante los próximos 9 meses.

Por la tarde quedé nuevamente con Ehedei para que me situara un poco por la ciudad y me llevara a la escuela, fue esa tarde cuando me di cuenta de que realmente había llegado a Sydney, pues por fin estuve en la zona de la Bahía, disfrutando de las espectaculares vistas de la Opera House y el Harbour Bridge. Aparte de esta zona también estuvimos por la encantadora zona de The Rocks, luego caminamos por George Street, Chinatown, hasta llegar a Darling Harbour donde nos sentamos un ratito a conversar y tomarnos algo. Cuando estaba allí tomando mi batido de vainilla, le confesé a Ehedei que no me creía que estuviese allí disfrutando de esas impresionantes vistas. Pienso que Sydney es una ciudad que enamora, y creo que a mí me ha enamorado, pues a partir de esa tarde todo ha ido a mejor, y estar viviendo esto está siendo una experiencia impresionante.

                  


                       



El viernes a las 8:30 estaba en la escuela, era la presentación del curso y la verdad que la primera impresión que me dio EF fue espectacular. Todo estaba super organizado, y la gente que trabaja en la escuela es muy amable. A la escuela fui con mi compañera de piso, ella es venezolana y se llama Marjorie, mientras esperábamos en la cola para que nos dieran las carpeta, conocimos a un chico de Asturias que también está aquí por 9 meses, con él iban un japonés, un vietnamita y un alemán, todos iban juntos porque se quedaban en la misma casa. 

Este fue el primer grupito con el que fui a tomar un café y a intercambiar mis primeras palabras en inglés. La cosa sigue mejorando, pues ahora hablas inglés con gente que tiene más o menos tu mismo nivel y que tiene tus mismos problemas, por lo que aunque hablemos mal, todos nos entendemos.




Después de tomar el café nos llevaron a una sala donde nos presentaron el curso, nos dijeron las normas de la ciudad y un poquito el esquema de funcionamiento de EF, aquí siguieron demostrando que por lo menos en Sydney son muy serios y organizados desmintiendo todas esas opiniones malas que hay sobre EF en la red, repito, EF en Sydney merece la pena. 




Acabada la charla vino uno de los momentos más impresionantes que he vivido hasta ahora en Sydney, EF nos tenía organizado un crucero por la Bahía de Harbour, este crucero da unas vistas impresionantes tanto de la Opera House, como de la Ciudad, como del Harbour Bridge. Si alguna vez alguien tiene la oportunidad de venir a Sydney, no puede irse sin hacer el crucero por la Bahía. Tras volver a la escuela y darnos el horario de las clases en función del nivel, dediqué la tarde a seguir caminando y disfrutando de la zona de la Bahía y la Opera House.

                     
                      

                       


                       


                       

                       

                                         

El sábado Ef nos tenía organizada una BBQ (barbacao de salchichas) en la playa de Bondi Beach. Esta es una de las playas más famosas de Sydney y de Australia. Es una playa donde van mucho los surferos porque tiene muy buenas olas. La playa ofrece unas vistas muy bonitas, la arena es muy blanca, pero como estamos en invierno el agua está muy fría a pesar de que hubiese mucha gente haciendo surf y bañándose. El tiempo en Sydney es muy agradable, durante el día estamos en torno a los 22,5º y por la tarde baja a unos 16º. Teniendo en cuenta que estamos en invierno, ya primavera, no está nada mal!! Tras pasar todo el día de BBQ, regresamos a la resi para descansar.

                     


La mañana del domingo la dediqué a lavar ropa y limpiar mi habitación. Mi habitación parece que no se ha limpiado desde que la residencia abrió, pues la cantidad de polvo que saqué era impropia de un sitio que se limpie no todos los días sino una o dos veces al mes, pero bueno, aquí uno se acuerda de mamá y de lo limpia que mantiene siempre la casa, aun así, todavía no quiero volver y quiero seguir disfrutando de esta maravillosa ciudad. 

                      

                      


                      

                               


                      

Sobre las 15:00 de la tarde me acerqué nuevamente al mercado chino, pues me enteré que como cierran los lunes y martes, los domingos ponen las frutas y verduras a menos de 3 dolares. Me llevé un cuarto de sandía y 2,5 kg de uvas (una bolsa grandísima) por 4$. Encima la calidad de la fruta y verdura de aquí es impresionante, nunca había probado en ningún sitio una sandía ni unas uvas tan dulces como las de aquí.

La tarde la dediqué a callejear por Sydney y a disfrutar de una ciudad que siempre tiene vida, pues las tiendas están abiertas todos los días hasta las 7 u 8 de la tarde. Luego a la resi, un ratito de Skype con la novia y la familia y a cenar mientras veía la salida de la F1. El día acaba metiéndome en la cama, para descansar ya que el lunes comienzan las clases y comienza la aventura de aprender inglés. En próximas entradas les contaré como se me va dando eso de aprender inglés.

Saludos para tod@s!!

Jose