Llega
el domingo y ya completo la segunda semana en Sydney, esta semana ha estado
marcada por el inicio de las clases, el pasado lunes, todos los nuevos alumnos
de EF nos dirigíamos ilusionados a la escuela con muchas ganas de aprender
inglés y conocer gente nueva que nos ayuden a tener una vida social mejor en
Sydney. Hasta el momento son pocas las palabras dichas en inglés y muchos los
problemas encontrados para poder expresar lo que uno lleva dentro.
La
escuela está ubicada en pleno centro de Sydney (Young Street), a 5 minutos de
la Opera House, de hecho desde la calle de la escuela se ve el Harbour Bridge.
Es un edificio coqueto de 3 plantas que llama la atención por estar al lado de
tantos rascacielos. El edificio es bastante acogedor, a parte de las clases, tenemos un salón común
para comer o sentarte con tu ordenador y unos laboratorios donde te puedes
conectar a internet para realizar tus sesiones de trabajo online.
El horario
de clases es de lo más variopinto, los lunes, martes y viernes clases de 8:30 a
12:50, mientras que los martes y miércoles las clases son por las tardes de
13:20 a 17:50.
El
camino en mi escuela comienza bien, me toca un grupo bastante diverso, 4
franceses, 2 suecas, 1 japonés, 1 alemán y 1 Mexicana, aunque a medida que va
pasando la semana se incorpora también una argentina y un Tailandés. En
principio el grupo es bastante bueno, pues al ser pocos latinos hablamos
bastante en inglés, además en clase nos prohíben hablar en nuestra lengua a no
ser que sea para hacer algún comentario acerca de el significado de alguna
palabra.
El
nivel de inglés me lo han medido mediante un test online que hice 15 días antes
de salir de mi casa, en mi caso obtuve un nivel Elementary A2, es decir que por
debajo de ese nivel están los niños de prescolar jajajajaja que son los begginers.
Es
curioso como cuando estás con compañeros con un nivel similar al tuyo, llegas a
entenderte con ellos sin tener todo el vocabulario necesario, todos tenemos los
mismos problemas, pero las mismas ganas de comunicarnos, por lo que buscar
sinónimos, palabras en el traductor, formas de explicar lo que quieres decir,
etc… ya hacen que vayas refrescando muchas palabras olvidadas y muchos conceptos
apartados.
Las
clases son muy participativas la profesora nos intenta tener todo el rato
hablando tanto con ella como con los compañeros, esto hace que al no ser un
monólogo no pierdas el hilo de la clase, sino que como a cada instante hay que
hacer una nueva actividad, andes todo el rato enganchado a lo que tienes que
hacer. Es muy común que durante todos los días te mande algunos ejercicios para
realizar en casa.
La
mayor parte de esta semana y de mi vida en Sydney se resume en las líneas anteriores,
en el tiempo que dedico a la escuela. El desplazamiento a la escuela lo hago en
tren, tardo 15 min en llegar desde mi residencia hasta la escuela. Por tanto
los días que tengo clase de mañana aprovecho las tardes para hacer las compras
de comida y las tareas, mientras que los días que tengo clase por la tarde hago
justo lo contrario.
Una de
las cosas que me gusta hacer siempre que salgo de clase, bien sea de mañana o
de tarde, es ponerme el MP3 y dar un paseo por la zona de la Bahía (Opera House),
no me canso de disfrutar las vistas que ofrece esta zona de la ciudad, y me
hacen caer en la cuenta de que efectivamente estoy en Sydney. En el caso de que
dé el paseo por la mañana, sobre las 13:00, veo mucha actividad por la zona,
muchos turistas y muchas personas que se dedican a hacer espectáculos
callejeros más que interesantes. Si por el contrario, doy el paseo por la
tarde,
sobre las 18:00, disfruto del atardecer y del contraste que dan las luces del
cielo con las luces de la ciudad. Estos 20 min que dedico al paseo, me ayudan a
recordar aquellos que tengo lejos y a pensar que el sacrificio está mereciendo
la pena.
Así
transcurre la semana, a excepción del jueves, ya que ese día EF tenía
organizada una fiesta de bienvenida en un bar llamado Scubar. Con la entrada
que la pedías en la escuela, te daban una consumición y pizza gratis si ibas
antes de las 21:00, por lo que a las 10:30 ya todo el mundo estaba más que
perjudicado, esa es la cultura de aquí, la gente cena sobre las 18:30, y a las
20:00 ya está todo el mundo en las discotecas. La fiesta estuvo bien la primera
hora y media, ya que la música no estaba muy alta y mientras tomabas una pizza
y una copa charlabas y conocías nuevos compañeros de EF. La anécdota de la
noche está cuando me presentan dos japonesas y yo les doy un beso, las tías se
quedaron flipando, y mis amigos me dijeron que los asiáticos no se besan cuando
se ven, sino que como mucho se dan la mano. Entonces muy avergonzado les pedí
disculpas y le dije que es que los canarios somos muy así, muy zalameros
jajajaaja.
El
viernes, por la mañana la rutina de las clases, y por la tarde quedé con mi
amigo Ehedei, para hacer una cosa típica australiana, comer pizza de Kangaroo.
Ehedei me llevó a comer esta pizza al restaurante que salió en españoles por el
mundo que está en el bajo del Australia Hotel. La pizza está muy buena, pero
pienso que si quieres detectar el gusto de la carne de Kangaroo es mejor y más
económico comprarla en el supermercado y hacerlo en la cocina de casa. Aparte
de esta pizza, también se ofrece una de carne de cocodrilo australiano, pero
dicen que es muy picante, así que ya con la de Kangaroo va uno servido.
Limpiar
la habitación, lavar ropa y actualiza la fruta y verdura de la nevera, fueron
cosas que hice durante la mañana del sábado. La tarde la pasé en la residencia,
para posteriormente ir con los compañeros de EF a ver un espectáculo de fuegos
artificiales que hacen todos los sábados a las 21:00 en la zona de Darling
Harbour. Este espectáculo pirotécnico en el mar congrega a muchos turistas, que
van a disfrutar de 15 minutos de fuegos artificiales en un entorno
espectacular. Por aquí les dejo un fragmento de un vídeo que hice durante el
espectáculo de este sábado.
Para
terminar la semana, el domingo, lo que hice nada más levantarme fue llamar por
Skype a mi familia para contactar con mi prima Carolina y su nuevo marido
Rubén, pues en ese momento estaban celebrando el banquete de su boda,
seguramente que nadie les había felicitado desde tan lejos. Desde Sydney les
deseo lo mejor y que sean muy felices!!!
Tras
una mañana de sentimientos encontrados, la alegría de la primera prima de la
familia que se casa y la tristeza de no poder estar presente, quedé con Ehedei
para ir a ver la zona de Manly. Para ir
a Manly es necesario coger un Ferry que sale desde Circular Quay (Opera House)
y que atraviesa toda la Bahía durante unos 35 min. Las vistas que se observan
desde el barco son realmente increíbles y ya hacen que el precio del billete
unos 14$ ida y vuelta, comiencen a merecer la pena.
Una vez
llegamos a Manly, nos encontramos con una zona muy turística y muy llena de
gente debido a la celebración de un festival de Jazz. La playa es bastante
turística y atractiva, el tiempo es fresco, y a pesar de que no invita al baño,
hay algunos valientes que desafían tanto la temperatura del agua como la
exterior y no dudan en darse un chapuzón.
Para
almorzar tiramos de sitio tradicional de Manly llendo a un fish and chips cerca de la playa. Típica comida londinense de pescado frito y papas, con un
poquito de limón. Tras la comida utilizamos el paseo marítimo para ir a otra
calita de Manly, y para disfrutar de las vista que ofrece un mirador de la
zona. La verdad que la zona es muy agraciada y hay un bonito contraste entre la
arena de las playas y la vegetación de las montañas.
Sobre
las 17:30 ponemos rumbo al puerto para coger el barco de las 18:10. La tarde es
bastante fresquita, y esto lo notamos cuando el ferry sale del muelle y se pone
a navegar, el viento sopla y la sensación térmica pasa a ser de unos 10º. El
sacrificio del frío iba a merecer la pena, pues la puesta de sol nos iba a
dejar unas vistas espectaculares de la Bahía cuando íbamos llegando en el ferry
a Sydney. La belleza del paisaje es indescriptible, y aunque yo les ponga fotos
o vídeos es una cosa que para saber lo que es hay que verlo uno con sus propios
ojos, yo ya lo he vivido y es algo increíble, y como me gusta compartirlo, por
aquí les dejo a parte de algunas fotos unos vídeos que he subido a youtube para
que de otra manera, todos los que siguen este blog, puedan disfrutar de este
precioso paisaje.
El domingo termina con una cena con los compañeros de piso, donde Laila, la compañera francesa y gran cocinera, ha preparado unas albóndigas con pasta buenísimas. La cena nos permite haciendo algo cotidiano estar hablando más de 1 hora inglés contando unos a otros lo que ha dado de sí su día, cualquier motivo es bueno para practicar inglés y más si es una buena cena con los compañeros.
Hasta
la próxima entrada.
Saludos
para tod@s,
Jose